Siglo XIX

Los principales fabricantes de instrumentos de Europa, fundamentalmente, mejoraron ampliamente los pianos en el siglo XIX y, al mismo tiempo, hicieron que estos fueran accesibles para el público general. Una gran tarea al servicio de la música. A esto se debe que, por doquier, los pianos "dieran alas" a la vida burguesa. De este modo, el piano desempeñó un papel fundamental en muchos sentidos. Para los compositores, este instrumento era el medio para expresar su estado de ánimo y sus sentimientos. Para los pianistas, el instrumento enriquecía la vida familiar y entre amigos. Para amantes de la música, escuchar un piano es sinónimo de placer y relajación. La música de los pianos es una parte natural de la vida diaria.

1800

La fabricación de pianos en Alemania, Austria e Inglaterra se desarrolló a gran velocidad y se convirtió en un factor económico determinante. A partir del siglo XIX los pianos de pared y de cola ya no se fabricaban en pequeños talleres, sino que se producían en grandes manufacturas equipadas con las mejores máquinas de la época. Solo con ayuda de herramientas especiales era posible fabricar las pequeñas y numerosas piezas mecánicas en grandes cantidades y con la precisión necesaria. El piano llevó la alegría de la música a los rincones más remotos de Europa, así como a América del Norte y del Sur. Los fabricantes de pianos apenas podían satisfacer la demanda de instrumentos.

1808

El fabricante de pianos parisino Sébastien Érard, alsaciano de nacimiento, creo una invención imperial que, sin embargo, no se patentó hasta 1822: un mecanismo de piano de cola con un "accionamiento simple", el llamado mecanismo de repetición. Este mecanismo permitía repetir un sonido sin necesidad de que las teclas vuelvan a la posición inicial. Mediante este mecanismo se podía aumentar la profundidad de la pulsación y de este modo adaptar la fuerza y la potencia del sonido a las estancias cada vez mayores. Hasta el día de hoy, los mecanismos de los pianos de cola se siguen construyendo de acuerdo a este principio.

1819

La historia de los pianos Sauter comenzó en 1819 en Spaichingen, una pequeña ciudad a los pies del Jura de Suabia. Allí Johann Grimm fabricó su primer piano rectangular después de aprender el oficio de fabricante de pianos en Viena, en los famosos talleres de Streicher. Transmitió sus conocimientos a su sobrino, Carl Sauter. Desde entonces en Sauter se ha cuidado el oficio artesano de la fabricación de pianos.

1820

Cuando Peter Strunz fundó su empresa en 1820, los pianos de macillos estaban en pleno desarrollo, pero también de forma más aislada los clavecines, los clavicordios y las espinetas. El fundador aprovechó el momento, adquirió su primera sierra de carpintero y comenzó a producir madera resonante para instrumentos musicales. Las siguientes generaciones de la familia Strunz convirtieron esta antigua empresa del sector maderero de la Selva de Bohemia en la "Holzwerken Adolf Strunz", de gran fama nacional e internacional. En 1945 la hija de Adolf Strunz, el bisnieto del fundador, volvió a comenzar desde cero junto a su marido Carl Hilz en suelo bávaro, cerca su antiguo hogar en Neuhütte, y en 1950 en Pocking. En 1990 Holzwerke Adolf Strunz construyó un nuevo y moderno taller en las afueras de Pocking, su ciudad de origen. Desde 1995 el propietario Thomas Hilz dirige esta empresa en su sexta generación.

1823

Martin Andreas Laukhuff fundó en 1823 su propia manufactura. Su hijo August fabricaba, además de sus propios órganos, tubos de metal para otros fabricantes de órganos y esto supuso el impulso necesario tanto para especializarse en componentes de órganos, como para seguir desarrollando la casa Laukhuff. A partir de 1933 sus otros dos hijos, Otto y Wilhelm, se ocuparon de la dirección de la empresa. El año del 170º aniversario, la empresa hizo entrega de la mayor instalación de órgano de Europa en Weikersheim, para la Basílica de Waldsassen. La fabricación de teclados para todos los instrumentos de tecla crece cada vez más y se convierte en una rama fundamental de la empresa. Hoy en día los productos Laukhuff son muy valorados por los principales fabricantes de órganos y de pianos y se pueden encontrar en todos los continentes.

1828

Ignaz Bösendorfer, nacido en 1794 en Viena e hijo de un maestro carpintero, aprendió el oficio de la fabricación de pianos con Joseph Brodman. Con 34 años se hizo cargo del taller de su maestro con un capital inicial de 500 florines. La empresa de pianos Bösendorfer vio la luz el 25 de julio de 1828, cuando Ignaz Bösendorfer abrió en Viena su propio negocio de fabricación de pianos. Al desarrollar sus instrumentos se centró en el cálido sonido de los instrumentos de cuerda, reforzando al mismo tiempo el volumen del sonido. Cuando Franz Liszt elogió los instrumentos Bösendorfer debido a su perfección y a que estos resistían la impulsiva técnica musical del artista, el "Bösendorfer" se convirtió de golpe en un reputado piano de cola para conciertos. El sonido potente, musical y adaptado al registro bajo se convirtió finalmente en el distintivo de la marca. En 1839 el fundador fue nombrado fabricante real e imperial de pianos por el Emperador Fernando I. En 1858, un año antes de su muerte, tuvo lugar el nombramiento como Proveedor de la Corte del Emperador. Se extendió la fama de su gran calidad. tuvo lugar un auge en las exportaciones a Europa y a ultramar.

1830

En 1830 Friedrich Grotrian, nacido en 1803 en el antiguo ducado de Braunschweig, abandonó Alemania y viajó a Moscú como vendedor de artículos de música. La ciudad prosperó y atrajo a muchos artistas como Clara Schumann, Franz Liszt y Arthur Rubinstein. Friedrich Grotrian mantuvo contactos con pianistas de aquella época y contaba con un olfato infalible para saber qué parte del sonido de un instrumento era importante para los artistas. Y de este modo comenzó a fabricar pianos. Pianos que los artistas adoraban. Cuando Friedrich Grotrian volvió a Braunschweig en 1856 conoció a Theodor Steinweg, que dirigía la fábrica de pianos fundada por su padre en Seesen en 1835 y que él entretanto había trasladado a Wolfenbüttel. Friedrich Grotrian se convirtió en 1858 en socio de Theodor Steinweg y ambos trasladaron el negocio de Wolfenbüttel a Braunschweig. Con esta asociación, Friedrich Grotrian fundó una tradición familiar cuyos orígenes empresariales se remontan a 1835. Antes de seguir a su padre a América en 1865, Theodor Steinweg vendió su parte del negocio a la familia Grotrian y a dos socios más. Tras la muerte de uno de los otros dos socios, Wilhelm Grotrian, el hijo de Friedrich Grotrian que entretanto había cumplido la mayoría de edad, adquirió la parte del socio que quedaba. En aquel momento la familia Grotrian se convirtió en propietaria única de la empresa. A partir de entonces Wilhelm Grotrian se dedicó a hacer realidad su ideal de sonido: transmitir la belleza del sonido y la musicalidad de los instrumentos de cuerda a la estructura de los pianos de pared y de cola. Este ideal ha caracterizado hasta el día de hoy el desarrollo de la fábrica de pianos de Braunschweig, que aún tiene como lema el consejo que Wilhelm Grotrian les dio a sus hijos cuando estos llegaron a la empresa: "Chicos, fabricad buenos pianos. El resto vendrá solo."

1834

La tradición de la fábrica de pianos Ferdinand Thürmer comenzó en 1834 en Meißen. Su fundador, E.W.F. Thürmer, procedente de Zittau, aprendió el oficio de fabricante de pianos en el sur de Alemania y en Suiza. En 1862 su hijo, Gustav Adolf Ferdinand Thürmer, se hizo cargo de la dirección de la empresa después de recibir una amplia formación de su padre y de la casa Blüthner.

1840

La fabricación de pianos en Europa ya contaba con una variedad inabarcable. Existían innumerables manufacturas pequeñas y una gran variedad de experimentos. Los imponentes pianos piramidales o jirafa pertenecían ya al pasado, al igual que los pequeños instrumentos portátiles, pero junto a los tradicionales pianos de cola no solo se seguían fabricando los pianinos rectos, sino también los tradicionales pianos rectangulares. El piano rectangular, que en EE.UU. evolucionó hasta el enorme "Square Piano", siguieron presentes también en Centroeuropa casi hasta finales de siglo.

1845

La historia de la marca Rönisch comenzó en Dresde en 1845. En un humilde taller Carl Rönisch fabricó el primer piano que llevaría su nombre. El fundador perteneció a los pioneros de la fabricación de pianos de su época. En 1866 coronó su creatividad con el revolucionario descubrimiento de un bastidor con 5 puntales que cubrían el clavijero por completo. La estabilidad de toda la caja de resonancia que se consiguió permitió utilizar cuerdas de acero de gran resistencia que se podían tensar con mucha más fuerza. Los primeros premios en las exposiciones universales de Sídney, Ámsterdam, Melbourne, Chicago y París y el nombramiento como proveedor de la corte de los reinos de Sajonia, Suecia-Noruega, España, Austria-Hungría y de los zares rusos justificaban su fama mundial. El éxito llevó a Carl Rönisch a abrir otra sede de producción en San Petersburgo.

1846

Carl Sauter I, el sobrino del fundador de la empresa, convirtió su taller en una manufactura y se dedicó al perfeccionamiento técnico de los pianos. Después de la prematura muerte de Carl Sauter I, su hijo Johann Sauter le sucedió y la empresa pasó de centrarse en la construcción de pianos rectangulares a dedicarse a las formas contemporáneas del piano.

1847

Friedrich Heutelbeck fundó en 1847 una empresa para fabricar componentes para pianos. 25 años después le sucedió su yerno Julius Klinke, cuyo espíritu pionero, junto con la introducción de técnicas de procesamiento mecánicas para la producción de piezas en serie ya a finales del siglo XIX, sentó las bases del futuro desarrollo de la empresa. Hoy en día Klinke se encuentra en Neuenrade, donde además de clavijas (único fabricante en Alemania) de la marca "Diamant", también fabrica agrafes, pilotines, tornillos para clavijeros y otros muchos componentes para la industria de los pianos. Estos productos se encuentran en pianos de calidad en todo el mundo.

1849

La empresa Seiler fue fundada en 1849 por el fabricante de pianos, maestro carpintero y pianos Eduard Seiler en la ciudad silesia de Legnica. Cuando su hijo Johannes Seiler tomó las riendas de la empresa en 1875, esta ya contaba con amplias instalaciones industriales. Desde 1892 Seiler es la fábrica de pianos más grande del este de Alemania.

1852

Eduard Steingraeber fundó en 1852 la fábrica de pianos Steingraeber & Söhne en Bayreuth después de un periodo como aprendiz con Nannette Streicher en Viena. En dos décadas la empresa se convirtió en la fábrica de pianos de pared y de cola más grande y más importante de Baviera. En 1871, antes del festival de Bayreuth, se adquirió un histórico palacio de estilo rococó del año 1754 y en su piano nobile se estableció un famoso salón de música. Eduard Steingraeber ya había sido distinguido en París en 1867 como innovador fabricante de pianos y tuvo entonces la ocasión de entablar contactos internacionales.

1853

Julius Blüthner comenzó la fabricación de instrumentos en noviembre de 1853 en la tradicional Leipzig. Sus pianos de pared y de cola se caracterizan por su sonido cálido y musical. Junto con el desarrollo a lo largo de los años de una exitosa mecánica propia conocida por su suavidad y la riqueza de sus matices, Blüthner se dedicó a mejorar y ampliar las propiedades del sonido de sus instrumentos. En 1872 Blüthner y Gretschel publicaron el manual básico y sistemático "Der Pianofortebau" (la fabricación de pianos), la obra fundamental hasta los años veinte.

1859

Tras la muerte del estimado fundador de la empresa de fabricación de pianos Bösendorfer, su hijo Ludwig siguió los pasos de su padre y se hizo cargo de la manufactura, fue proveedor de las mejores casas, presentó la empresa en exposiciones universales, cuidó las relaciones de amistad con los artistas y en 1889 creó como generoso mecenas el concurso de piano Bösendorfer. En 1860 se instalaron en un nuevo local en el distrito de Wieden, en Viena, que sin embargo volvió a quedarse pequeño diez años después. Desde 1870 la fábrica se encontraba en la calle Graf Starhemberg Gasse 14 en Neu-Wien, donde la empresa tuvo su sede hasta 2010. A finales del siglo XIX se fabricaban pianos de cola de la casa Bösendorfer para la corte del emperador, para la emperatriz Isabel, para la emperatriz Eugenia de Francia, para el emperador de Japón, para los zares de Rusia y para otras personalidades prominentes.

1859

August Förster comenzó a fabricar pianos en 1859 en la ciudad sajona de Löbau. Surgió una próspera empresa familiar que en la tercera generación, con Gerhard y Manfred Förster, tuvo que enfrentarse a un difícil nuevo comienzo después de la Primera Guerra Mundial. Con el "Electrochord", un piano de cola reforzado electrónicamente sin caja de resonancia según una idea del físico Oskar Vierling, se utiliza ya en 1933 una tecnología que 50 años después y tras el desarrollo del transistor daría lugar a los instrumentos que se utilizan hoy en todo el mundo.

1862

Joseph Anton Pfeiffer fundó en 1862 en el distrito Stuttgart-West la fábrica de pianos de pared y de cola J.A. Pfeiffer, cuyos instrumentos alcanzaron reconocimiento en el mundo especializado muy rápidamente permitiendo que la empresa creciera significativamente. De sus hijos, entre ellos tres fabricantes de pianos, fue el Dr. Carl A. Pfeiffer quien sucedió a su padre. De sus iniciativas y generosas donaciones de instrumentos de teclas, modelos de mecanismos y modelos de patentes se beneficiaron, entre otros, los departamentos de instrumentos musicales del Deutschen Museum de Múnich y del Württembergischen Landesmuseum de Stuttgart.

1864

Antonin Petrof, nacido en 1839, fue sin duda una de las grandes personalidades de la escena musical checa. Como descendiente de una familia de carpinteros, con 18 años decidió aprender el oficio de fabricante de pianos en diferentes empresas de Viena. El joven Antonin Petrof consideraba que la fabricación de pianos era una oportunidad laboral única en su vida. En 1864, cuando ya conocía los fundamentos de la fabricación de pianos de pared y de cola, volvió a Hradec Králové, donde transformó el taller de muebles de su padre en una fábrica de pianos. Aquí, en los edificios cercanos a la gran catedral de Hadrec Králové, construyó en 1864 su primer piano hecho a mano. Cuando el piano rectangular cayó en desuso alrededor de 1880, Antonin Petrof comenzó a fabricar pianos de pared. Los primeros instrumentos Petrof eran de una calidad tan ejemplar que este fue nombrado "Proveedor Oficial de Pianos del Imperio Austro-húngaro" en 1899.

1868

Johann Christoph Neupert abrió en 1868 su propia fábrica de pianos en la ciudad de Münchberg, en Franconia. En 1874 se trasladó a Bamberg, una ciudad más grande, y su empresa siguió con un crecimiento constante. Ya por aquel entonces los fabricantes se interesaban también por la historia del piano. Una colección de instrumentos de tecla históricos reunida por él fue la base a partir de la cual sus hijos fabricaron el primer clavecín Neupert, que fue presentado en los círculos musicales en 1906. En la tercera generación los instrumentos Neupert alcanzaron fama mundial incontestable gracias a los trabajos científicos de Hanns Neupert y a la "Colección musical histórica Neupert".

1876

En 1876 Hermann Kluge fundó una empresa de fabricación de teclados para pianos de pared y de cola. Cuando el bisnieto del fundador, Albert Narath, celebró el 75º aniversario de la empresa en 1951, esta ya se encontraba entre los principales proveedores de la industria de los pianos.

1878

Julius Blüthner patentó el sistema Aliquot mediante el cual en el registro tiple se colocaba una cuarta cuerda que oscilaba libremente para reforzar los armónicos. Blüthner recurría así a un principio que ya se había puesto en práctica en la fabricación de clavecines neerlandesa y en los pianos de macillos de Bartolomeo Cristofori. Fue su bisnieto, Ingbert Blüthner-Haessler, quien 100 años después perfeccionó el sistema Aliquot.

1882

Louis Renner, obsesionado por conseguir la perfección, comenzó a fabricar mecanismos para pianos en Stuttgart en 1882. A principios del siglo XX su empresa se convirtió en una de las primeras que modernizaron su maquinaria con accionamientos de motor eléctrico, un hito de gran importancia. Desde que fue fundada en 1882 por los hermanos Bongardt de Hohenlimburg/Westfalia, la empresa Stahl- und Drahtwerk Röslau GmbH se ha caracterizado por sus productos de gran calidad, por sus sofisticadas técnicas de fabricación y por contar con clientes satisfechos en todo el mundo. La práctica de esta filosofía en lo que se refiere a la calidad es la base para fabricar productos con características fiables y una calidad uniforme.

1885

Cuando Wilhelm Schimmel construyó su primer piano en 1885 en Stötteritz, cerca de Leipzig, no podía saber que 70 años más tarde su empresa sería una de las más importantes de Europa en la fabricación de pianos. Su lema "La calidad se impone" llevó a la empresa al éxito rápidamente: ya en 1895, Wilhelm Schimmel estableció su primer sede de producción propia. Sus primeros premios en exposiciones y su nombramiento como proveedor de la corte de diferentes casas reales y dinastías reinantes fueron algunos de los signos visibles del éxito y del reconocimiento de la contribución personal del fundador de la empresa. El traspaso de la dirección de la empresa a su hijo Wilhelm Arno Schimmel llegó en la época de la crisis económica, periodo en el cual también tuvo lugar el traslado de la sede a Braunschweig, donde la empresa prosiguió con la tradición desarrollada en Leipzig.

1893

A la muerte de Carl Rönisch en 1893, sus hijos Albert y Hermann Rönisch sucedieron al fundador de la empresa. En esta época Rönisch ya fabricaba pianos para Ludwig Hupfeld, que desde 1886 construía pianolas. Ludwig Hupfeld era un constructor genial. Sus numerosos instrumentos mecánicos sirvieron de base para su extraordinario éxito. En 1904 transformó su empresa en una sociedad anónima. En 1910 se construyó en Leipzig-Ehrenberg una nueva fábrica que en sus mejores tiempos contó con hasta 2000 empleados. En esta época de éxito tuvo lugar también la adquisición de la fábrica de pianos Carl Rönisch.

1893

La empresa fundada por Carl Meyne en 1893 comenzó a dedicarse a la industria de los pianos a mediados de los años 50, de mano de la tercera generación, centrándose en el comercio al por mayor de componentes y herramientas para pianos de pared y de cola. Desde su creación, le empresa se caracterizó por especializarse en las necesidades de la técnica y el comercio de pianos, incluyendo la producción propia de piezas y herramientas especiales.

1895

1895 fue el año en el que Wilhelm Grotrian nombró a sus hijos Kurt y Willi socios de la empresa "Grotrian, Helfferich, Schulz, Th. Steinweg Nachf.". Ocho años después, Willi Grotrian desarrolló su famoso piano vertical pequeño con soportes colocados en forma de estrella y siguió centrándose en la fabricación de los instrumentos. Entretanto, Kurt Grotrian desarrollo una amplia red de contactos comerciales en todo el mundo.